Case study

Arquitectura de la información y UX writing para una app de logística de última milla

Ayudamos a Senpex a diseñar el sistema de contenidos de su plataforma de envíos. Pusimos el foco en la claridad y la consistencia, para garatinzar la usabilidad y la estabilidad operativa a escala.

El desafío

Senpex estaba desarrollando una aplicación para coordinar sus operaciones de delivery de última milla. El sistema albergaba tres tipos de usuarios y cinco modalidades de servicio, cada una con flujos y requisitos específicos.

En los primeros prototipos, la terminología era inconsistente. Por ejemplo, el mismo concepto (el ítem a entregar) aparecía como “package”, “shipment” o “parcel” según la pantalla. Esto dificultaba la alineación interna y aumentaba el riesgo de confusión durante el diseño y el desarrollo.

Senpex necesitaba una forma unificada de describir sus servicios y operaciones para que tanto los usuarios como los equipos internos pudieran comprender y usar el sistema de manera consistente.

La solución

Empezamos por identificar todas las entidades, relaciones y acciones involucradas en cada flujo de la app. A partir de ese trabajo, creamos un vocabulario controlado que definió nombres claros para cada objeto del sistema: personas (roles y estados de usuario, como remitente o receptor), objetos (órdenes, rutas, envíos, retiros y entregas) y acciones (crear, confirmar, cancelar, pagar).

Este vocabulario se documentó en un glosario y sirvió como referencia para todas las decisiones de nomenclatura y etiquetado dentro de la aplicación. También desarrollamos una guía con pautas de redacción para mantener la terminología consistente a medida que el producto evolucionaba.

Luego redactamos todos los textos de interfaz para las dos versiones de la app (cliente y conductor), incluyendo los flujos de registro, creación de pedidos, seguimiento de entregas, pagos y mensajes de error.

El insight

La arquitectura de la información es más que una forma de mantener la coherencia del contenido. Permite a los equipos ver qué existe, cómo se conecta y cómo puede gestionarse. Es el momento en el que las cosas empiezan a existir.

Ponerles nombres a las cosas sirve para estructurar el conocimiento y es la base para lograr claridad, coherencia y facilitar la colaboración. Es una práctica clave para para asegurar la usabilidad y la estabilidad operativa a largo plazo.

Definir un vocabulario controlado desde el inicio de un proyecto brinda una referencia compartida para todos los que trabajan en el producto. Ayuda a los equipos a razonar sobre el sistema con los mismos criterios de análisis y mantiene alineadas la interfaz, la documentación y el backend.

Otros proyectos en los que trabajamos

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ContentOps y edición para un sitio web multilingüe